– Alejandro es el dueño de un taller mecánico ubicado a espaldas del taller agropecuario, es tarde ha oscurecido y el esta solo en ese lugar o almenos eso parece
Narrador: el perro ladraba incontrolablemente, hacía un pequeño faro de luz que alumbraba hacia la nada
Alejandro: ¡cállate perro!, ¡ándele toma cállate!
– El perro de repente callo sus ladridos, la lámpara se apago y de pronto un frío intenso comenzó a calar en aquel hombre
Alejandro: listo para irnos ya porque hace mucho frío ¡hora que! Mmm ¡ya hasta se fue la luz! Mira ¡ahora si bonita cosa! ¿Que voy hacer?
Don Alejo: ¡Buenas noches!
Alejandro: Hay mire que susto
Don Alejo: Que paso don Alejandro, tan noche y todavía usted aquí
Alejandro: Ni ruido hace, hasta me puso un susto
– La luz que hacía unos minutos se había apagado por si sola, ahora se prendía de la misma manera, solo que ahora debajo de ese faro se encontraba un hombre joven y de misteriosa apariencia
Alejando: por fin ¡Ahora si vámonos!
Hombre misterioso: ¡Buenas noches!
Alejando: Sí, ¿que se les ofrece?
– La luz del faro parpadeo un par de veces y aquel hombre desconvido ¡desapareció!
Alejandro: ¡Don alejo! ¡Hay le encargo! Ya me voy, no se deje porque por ahí anda un fulano, por ahí se ha visto uno, yo ya me voy hay le encargo
Don Alejo: así que ya lo vio usted, dicen que en aquel faro en las noches frías se aparece un joven que mataron hace dos años y precisamente aquí en su taller fue donde lo sepultaron.