Carlos nos cuenta que desde la muerte de su amigo que fue
apuñalado hace dos años en la ciudad de Bogotá, el empezó a jugar con la ouija, el lugar de reunión de el y sus amigos, era en un pequeño cuarto de una finca, en sus primeros intentos de juego, no sucedió nada, así que lo intentaron otras 2 veces, al ver que nada sucedía, dejaron de jugarla, el regreso a su ciudad, y fue ahí donde empezaron a sucederle cosas inexplicables.
Cuando el esta solo en su cuarto, siente como una persona se sienta en sus piernas, tras unas semanas de estos sucesos, el empezó a ver a un espíritu…