Cuenta la leyenda que una joven quería casarse con un muchacho que como lo indica la tradición, primeramente le pidió a su
padre que le diera su mano, él lo hizo, pero solamente si pasaba la prueba de estar en el cerro toda la noche sin ropa, aceptó el muchacho y así fue que sucedió, pero la joven le pidió al padre que haga algo para que no sea tan difícil la prueba, a cambio él mandó a sus peones para que prendieran una fogata en el cerro de al lado y entonces estuvo toda la noche mirando el fuego mientras temblaba de frío, en venganza la hija hizo que el día siguiente comiera comida cruda diciendo que si el fuego estaba cerca, en la cocina, no necesitaba estar bajo la comida para poder calentarla.