Hace muchos años vivieron unos hermanos de apellido Ávila, sus nombres eran alfonso, gil y maría. María era una
Llegó un día en que maría conoció a un muchacho de apellido Arrutia y él no le tuvo miedo sus hermanos así que maría se enamoró de él. Después de un tiempo de noviazgo maría y Arrutia decidieron casarse pero cuando fueron hablar con los hermanos a ellos no les gustó mucho la noticia así que decidieron ir a visitar al novio y tratar de asustarlo para que no se casará con su hermana.
Ellos se dieron cuenta de que el novio solamente quería maría porque sabía la gran fortuna que ella tenía así que lo volvieron a visitar le ofrecieron dinero y con esa condición el marcharse sin despedirse de María.
Cuando maría se enteró de lo que sus hermanos habían hecho cayó en depresión fue entonces cuando aprovecharon para meterla a un convento maría se convirtió en una monja pero eso no quería decir que había olvidado a Arrutia.
Fue tanto su dolor que una noche decidió suicidarse colgándose de uno de los árboles pero así no terminó su pena cuenta la leyenda que ella por las noches cerca de aquel árbol se sigue apareciendo aquella monja caminando por los pasillos del convento.