Se dice que durante un tiempo en la cárcel de Durango, las personas tenían mucho
miedo de ser llevados al cuarto oscuro de castigo, el mismo se reservaba para quienes eran más peligrosos, pero siempre que se abría esa puerta tenían que traer una camilla para llevar el cadáver de quien ya estaría muerto, como nadie salía vivo no se sabía cual era la causa, algunos dicen que los guardias ya sabían que ahí se ocultaba un alacrán y simplemente esperaban que maten a los terribles para no lidiar con ellos, pero otros dicen que ni ellos entendían la causa de los fallecimientos.