El mole es una de los platillos culinarios más representativos de México,
en especial para las celebraciones. Dicen que esta leyenda tiene origen en las cocinas de los conventos donde se mejoró y perfeccionó el arte culinario mexicano. Pues en las iglesias era donde se reunían las grandes personalidades civiles y religiosas del Virreinato; en una ocasión que vino el virrey de la nueva España, en un convento le ofrecieron un banquete, y el cocinero principal que era un fray llamado Pascual, estaba tan nervioso y agitado que corría por todas partes de la cocina repartiendo ordenes, sus nervios fueron tantos que sin darse cuenta en un rato ya había corrido a todos sus ayudantes, entonces el fray comenzó a recoger todos los ingredientes y cuando se disponía a guardarlos todos, tuvo un tropiezo, y los ingredientes cayeron en la hoya donde se cocían los guajolotes, dicen los que conocieron al fray, que él cuenta que comenzó a orar con toda sus fuerzas, y cuando salió a revisar su banquete se vio asombrado por que la mayoría de los invitados escogían su desastrosa comida. Las amas de casa de hoy en dia invocan al fray con este verso “San Pascual Bailón, atiza mi fogón”.