Cuenta la leyenda del sombreron que en México también ha aparecido este pequeñín travieso, pero su apariencia
aquí es diferente de la que posee en otros países, aquí se presenta tocando una armónica, montado en un caballo blanco, esta vestido con ropa de charro blanca, con espuelas de plata, además siempre lleva puesto su característico y enorme sombrero. La gente del campo sabe reconocer cuando el ha estado rondando porque siempre encuentran una fogata apagada, la punta de un cigarro, y las inequívocas huellas de botines y espuelas en el suelo. Cuentan que viaja en la tarde tocando la armónica que al parecer produce un efecto mágico en los animales, estos parecen hipnotizados y siguen al jinete tranquilamente hasta sus corrales, luego en los guarda y pone las trancas, cuando el trabajo está concluido desaparece en el horizonte montando velozmente su caballo.