Hubo un hombre conserje que amaba a los animales del zoológico donde trabajaba, ellos le traían un gran afecto a
esta persona, pero entonces ocurrió que nació un mono y lo quiso como su hijo, todos los días le llevó de comer, hasta que se enfermó gravemente, el mono pudo sentir cuando su conserje murió, él ya no quería comer y no paraba de llorar, entonces una noche estaba el velador paseando por la noche y vio al conserje entrando para darle de comer al mono, bromeo con él por entrar tan tarde solo para que el simio coma, luego a la mañana había muchas bananas en la jaula y ahí es donde se entera el velador que el conserje había fallecido la semana anterior y solamente había vuelto para ver una vez más a su mono.