Mario y Antonio eran dos jóvenes que les gustaba lo extranormal, les gustaba conocer lugares llenos de misterio,
una noche entraron al cementerio de la Concepción en Jilotepec, esperaban a que pasara algo, pero rato después decidieron excavar con la herramientas que había ahí, esa noche fue la ultima para esos chicos que buscaban emociones fuertes, pero lo único que encontraron fue su propia muerte.