En los viejos años de los mayas
Ella era una mala madre y abandonaba a su hijo todos los días, Cipitio era tan pequeño que no sabía qué hacer de comer así que comía cenizas de la cocina, los dioses enfurecieron tanto que condenaron a Siguanaba a ser horrible para que los hombres no se enamoraran de su belleza, ella era hermosa a simple vista pero al acercarse era espantosa
Cipitio por ser bastardo fue condenado a tener una vida miserable para toda la eternidad comiendo cenizas de las casa, no crecer nunca y quedarse con la edad aproximada de 5 años.