Fue Alonso de Velasco quien se dirigía con el señor de las esquipulitas en el trayecto que debía hacer desde su hogar, ya que el
mismo vivía en Guatemala, hasta llegar a Guanajuato que era por alguna razón el lugar donde según sus predicciones tenía que estar la imagen del Cristo sagrado, fue luego de su muerte que pusieron a la misma en Moroleón como reconocimiento de este gran fray que se pasó la vida llevando a la imagen donde quería que estuviera por alguna razón que a nadie llegó a explicar, hubo inconvenientes durante su viaje, pero aún así lo pudo conseguir y logró que todo esté de ese modo, aun después de muerto.