Cuenta la leyenda que existía una cueva en la cual sacerdotes de la región hacían ofrendas a los dioses para que
Un día llegaron personas a esa región, estas personas decían venir de tierras lejanas, llegaron con costumbres diferentes a las de los sacerdotes y sobre todo, una religión diferente, esto hizo que los sacerdotes se enojaran e intentaran ahuyentarlos.
Fueron a la cueva y comenzaron hacer ofrendas para que lloviera y cayeran truenos para así ahuyentar a los recién llegados, pero esto no los ahuyentaba, después de las tormentas ellos simplemente reconstruían. Después de un tiempo los recién llegados se dieron cuenta que todo era causado por los sacerdotes, así que decidieron obligarlos a marcharse, y así fue, los atraparon y obligaron a marcharse de esas tierras que ahora les pertenecían a ellos.
Los nuevos pobladores para detener las tormentas decidieron construir un templo donde estaba la cueva y así, poder hacerle ofrendas a los dioses.