La leyenda del Rey Arturo y Excalibur está bastante difundida en todo el mundo. Todos conocemos lo básico: el joven Arturo extrae casi por casualidad la espada en la piedra y descubre que sólo podría ser sacada de allí por el Rey de Bretaña, lo que hoy es Inglaterra (Reino Unido). Y es así como, repentinamente, se convierte en un monarca legendario. Pero, ¿de dónde salió Excalibur y de dónde Arturo? ¿Por qué este método para elegir al rey?.
La versión más extendida cuenta que, en realidad, Arturo era el hijo del legítimo monarca, Uther Pendragon, quien le encargó su educación al mago Merlín. Este lo llevó al castillo de sir Héctor sin descubrir sus orígenes para mantenerlo protegido, y así Arturo creció junto a Kay, el hijo de sir Héctor, hasta que Uther Pendragon falleció sin que nadie le conociera descendencia.
Por ello los nobles acudieron a Merlín para hallar al nuevo monarca. Entonces, lo que hizo el mago para tal fin, fue forjar en Ávalon (isla mítica) una espada que clavó en una piedra al lado de una capilla de Londres con una inscripción: «Esta es la espada Excalibur. Quien consiga sacarla, será rey de Inglaterra».
Muchos nobles lo intentaron, pero fallaron. Por esa época, Arturo y Kay estaban en la ciudad, pues este último planeaba participar en un torneo. Cerca de la hora, Arturo notó que había olvidado la espada de Kay en la posada y se devolvió, pero la encontró cerrada. Desesperado, buscó alrededor y descubrió a Excalibur. La extrajo sin leer la inscripción y sin ningún esfuerzo, corriendo a entregársela a Kay.
Pronto todos descubren el nombre del arma y exigen que regrese a su sitio en la roca. Vuelven a probar suerte, pero Arturo es el único capaz de sacarla. Contra toda resistencia, Arturo se convierte en Rey, pues desde el inicio era el legítimo heredero. Aunque ese es sólo el comienzo de su leyenda.