Cuenta una vieja leyenda zacateca que en los viejos paredones se encuentra un cuantioso tesoro que
hasta ahora nunca ha podido ser apropiado. Cuentan que en el año 1524 se comenzaron con las tareas para levantar la iglesia del poblado que allí residiría, pero una peste asoló a los lugareños, por lo que todos los españoles huyeron y se dispersaron con el fin de evitar que la enfermedad se propagara entre todos, así pues la construcción de la iglesia se aplazó y finalmente se canceló. Los muros de la iglesia fue lo único que quedó de aquel sueño de fundar una nueva ciudad, pero desde entonces corre el rumor de que los españoles dejaron un tesoro dentro de la construcción, ya que al irse apurados no pudieron cargarlo, pero luego no quisieron volver a buscarlo. Dicen que hay un subterráneo cerca de los paredones que lleva a donde está el tesoro, pero nadie pudo tomarlo porque cuando es visto el tesoro despierta codicia en el corazón de quien lo ve, entonces el tesoro desaparece por que dice la leyenda que solo alguien de corazón puro podrá adueñárselo.