Nos cuenta la leyenda que el día de reunión para los dioses era donde se definiría quien sería el sol de los cielos por siempre,
se ofreció rápidamente Tecuciztécatl, cuando le tocó el turno de hacer el sacrificio él se echó para atrás del miedo, entonces ahí es cuando la valentía estuvo del lado de Nanahuatzin quien no dudó en entrar rápidamente cuando se le indicó, de inmediato se armó de fuerza el dios Tecuciztécatl y también entró, pero en el cielo pudo verse al primer dios en entrar como un destellante sol y luego más tarde al segundo como la luna.